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22.9.06

Las encomendaciones han dejado de ser cosa de Iglesias


Ahora lo que se lleva es hacerlas en organismos públicos, como en la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil. Y es que creo que nunca había escuchado tantas veces, ni de tantas personas, diferentes suplicas a ese ser supremo y omnisciente que todo lo puede.
Uno se levanta de la cama y con toda su buena voluntad se dirige a renovar su D.N.I o pasaporte. Y hasta ahí todo normal, pero cuando te acercas a la calle López Doriga ves una larga cola de gente,
y lo que menos se te pasa por la cabeza es que todos estén ahí para renovar el D.N.I. Así que tú pasas sin hacer mucho caso a los comentarios que oyes para poder coger tu número y armarte de paciencia para esperar tu turno. Pero tu propósito queda interrumpido cuando el policía de la puerta te pregunta “¿Qué quería?”, y tu le dices amablemente que quieres renovar el D.N.I, él sonríe, yo creo que por no echarse a llorar, y te dice “ya no se dan números”. A ti te extraña, pero bueno, si ya ha dado todos los números que le vas a hacer. Así que le preguntas que a qué hora abren mañana “a las 8:30” contesta él, y tu le dices que bueno, que entonces vendrás a las 8:00, él vuelve a sonreír y dice “yo no le aseguro que viniendo a las 8, usted pueda conseguir número, porque hoy ya ha habido gente esperando número desde las 12:00 de la noche”, a mi al menos se me empieza a hinchar la vena y realmente lo que quiero es gritarle al policía y acordarme de él y de toda su familia aunque culpa no tengan ninguna, pero me aguanto las ganas.
Al día siguiente madrugas, pero madrugar en este caso significa que te conformas con dormir un par de horas, y te plantas rápidamente en un taxi para esperar a las 6:00 de la mañana el ansiado número. Pero cuando llegas, descubres que además de ti, allí esperando por lo menos hay 30 personas más, y no exagero. Te pones a la cola, y entre cabezada y cabezada, hablas con los de al lado, escuchas las conversiones de los que se encuentran mas adelante, y a parte del mal humor generalizado, descubres que la gente ya prefiere tomárselo con pitorreo, charlan animadamente, comentan el por qué necesitan con tanta urgencia la renovación… y cuentan su experiencia de la semana, sí de la semana, y es que la mayoría no es el primer día que vienen, sino que llevan viniendo unos cuantos días sin lograr su finalidad. En ese momento te llevas las manos a la cabeza, y te das cuenta que tu no te puedes quejar, que este es el primer día y la mayoría llevan ahí pasando frío desde las tres de la mañana.
El tiempo de espera se hace eterno y por fin, abren a las 8:30 y empiezan a dar números. Pero delante de ti no solo están las personas de los números anteriores, sino los 20 que ayer estuvieron todo el día ahí, y que habiendo cogido su número no pudieron conseguir ni el D.N.I, ni el pasaporte, así que ellos pasaran antes. Nos van poniendo en fila y vamos entrando poco a poco y ordenadamente. Y mientras esperas sentadito, piensas; pero que inútiles son, es que no saben hacer nada… Pero la espera es solo el principio, y la realidad es que se hace más animada, cuando el primero que consigue el objeto de deseo, eso si, después de unas cuantas horas, lo levanta triunfante y todos le aplauden. Nosotros nos reímos, pero claro, a los funcionarios no les hace ni pizca de gracia. Y a eso hay que sumarle el abucheo cuando a uno de ellos se le ocurre la grandiosa idea de irse a desayunar.
En fin, conseguir lo que fuiste a buscar es prácticamente imposible, pero cuando te sientas frente al funcionario y descubres por ti mismo, que no es que sea un inepto sino que el sistema es una mierda, te sientes hasta mal por lo que has pensado de él y hasta te apiadas, porque ir a trabajar para no poder hacer nada esta claro que es tontería. Yo tuve suerte y me volví con mi D.N.I electrónico a casa pero gracias a que la mayoría de los que estaban delante de mi querían su pasaporte, sino creo que esta noche estaría con la silla plegable y el termo de café (como muchos de los que ahí esperaban) y pasando la noche bajo la luz de la luna, como me imagino que muchos de mis compañeros de cola estarán haciendo ahora.

1 Comments:

  • At 25 diciembre, 2006 18:59, Blogger Chaparrudo said…

    Lo has descrito tal y como es, yo te diré que me saqué el pasaporte hace dos años y me pasó lo mismo que a ti. Esto de las colas no es nada nuevo pero siguen sin solucionarlo.

     

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